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Los ultrasonidos y la higiene cutánea

Las prácticas profesionales evolucionan en la medida que los avances tecnológicos y científicos nos aportan nuevos recursos para mejorar nuestros servicios. Hasta no hace mucho, para realizar una higiene profunda hemos contado con la inestimable ayuda de cepillados o “brossages” para perfeccionar el desmaquillado. También disponemos de diferentes tipos de peeling ya sean químicos (ácidos) o mecánicos (scrub, gommage, peel off) y finalmente, la saponificación que produce la migración iónica mediante la corriente galvánica cuando se efectúa una desincrustación.

No obstante, si queremos estar al día y ofrecer medios de actualidad, sería interesante incorporar a nuestras técnicas los ultrasonidos. En realidad los ultrasonidos poseen muchas aplicaciones en el campo de la estética tanto facial como corporal, pero en estos momentos vamos a centrarnos en la higiene de la piel.

¿Qué son los ultrasonidos?

Consisten en unas ondas sonoras, mecánicas y no ionizantes, cuya frecuencia se halla por encima del límite perceptible por el oído humano, eso es, a partir de los 20.000 Hz. Los delfines, los murciélagos y ciertos insectos, usan los ultrasonidos para orientarse.

Ultrasonidos en la higiene cutánea

Mediante la exfoliación ultrasónica, se eliminan las primeras hileras de células de la capa córnea conjuntamente con impurezas y desechos cutáneos sin provocar ninguna agresión.

Esta técnica se aplica con una espátula conectada al aparato que vibrará a una frecuencia de 25.000 Hz.

Proceso

  1. Brossage o perfeccionar desmaquillado con agua micelar.
  2. Preparar y programar el aparato.
  3. Tomando la espátula, deslizarla sobre la piel con movimientos largos y firmes pero suaves, evitando el área periocular. Conforme se desliza la espátula, pasar un algodón humedecido en agua sobre la zona del trayecto.
  4. Una vez tratada toda la superficie del rostro cuello y escote, locionar con una loción calmante, a fin de barrer los residuos producto de la exfoliació
  5. Seguir el proceso de limpieza o tratamiento según el protocolo que convenga en cada caso.

Contraindicaciones.

  • Heridas abiertas u otras lesiones.
  • Implantes metálicos en el área de tratamiento.

Observación.

Evitar detener la espátula en un lugar determinado. La espátula siempre debe estar deslizándose.